jueves, 29 de diciembre de 2011

MIS DIAS CON MANUEL - 3 Meses, Navidad

Al final llegó la navidad, pensar que un año atrás eras tan solo una semillita luchando por hacerse realidad, ajeno por completo al mundo exterior; hoy sin embargo, cunado alzamos nuestras copas para brindar, te veía allí al lado nuestro tan gigante, que parece mentira que tan solo un año haya transcurrido, me parece que otras navidades han pasado y no nos las han contado, no lo se bien aún, pero no puede ser que tan solo trescientos y pico de días se hayan esfumado sin aviso. Te veía dormido plácidamente que alguna lágrima se me escapó y ni me importó, en todo momento pensaba que bello será el año que viene verte ansioso esperando por tus regalos de Papá Noel, esta noches tuviste un montón de presentes, uno más lindo que el otro, pero obviamente vos estabas indiferente, preocupado tan solo por dormir o comer en medio de tanta gente que había en la mesa; como siempre te portaste como un santo y quizás en realidad algo de santo tengas, sos un ser especial, iluminado, tu luz se desparrama sin mezquindades y hace mejores otras vidas, la vida merece ser vivida tan solo para verte, sos tan mimoso, te encanta apoyar tu rostro fresco en el cuerpo de quien te alce y aferrarte con fuerza para que te lleven a recorrer esos espacios que aun no puedes alcanzar por ti mismo, pero que me imagino que más pronto que tarde serán tu reino de travesuras, tus mundos de aventuras sin igual.


No quiero dejar de contarte que desde que llegaste a nuestras vidas, no he parado de tener trabajo, a veces en demasía para lo que yo puedo abarcar, pero siempre bienvenido sea, lo único malo es que me priva de verte más tiempo y así los días se convierten en un delicado equilibrio entre lo que deseo y lo que debo hacer, pero cuando llega la noche, cuando todas las puertas se cierran, mi corazón se abre para dejar entrar tu energía que me revitaliza de cualquier cansancio, te siento en mi panza a jugar y vos me regalás sonrisas tan lindas que otros pagarían por tenerlas. También me alegran nuestro pequeños secretos, te gustan los masajitos tendido boca abajo sobre mi panza te podés quedar dormido sin demasiado problema, y si ten siento a horcajadas sobre mi estómago, no se que rara sensación te produce, pero casi inevitablemente tu pañal se llena mientras vos hacés todo tipo de morisquetas y sonrisas por el esfuerzo y creo que por el alivio también. Quizás cuando leas esto todo te parezca una verdadera idiotez, pero creeme hijo (que lindo suena esa palabra) que te deseo de corazón que puedas pasar vos también por esta experiencia tan revolucionaria. Te amo, feliz navidad

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