lunes, 26 de septiembre de 2016

MIS DIAS CON MANUEL - 5 Años

Que traidor se hace el tiempo hijo querido. Abro este blog y veo que la última entrada quedó perdida a lo lejos aunque parezca interiormente que fue ayer no más, sin embargo no, no ha sido ayer, desde que llegaste a iluminar mi vida el tiempo monta a caballo y todo transcurre tan veloz que ni tiempo de disfrutar casi que tengo; pero te disfruto, claro que si, sos ese pequeño milagro que soñaba mientras te esperaba, ayer me ofreciste la última gomita del paquete, porque hay que com-par-tir. Me haces muy feliz con todas las pequeñas cosas como esas con las que me alegrás el alma.
Ya estás en la salita celeste, atrás quedó el amarillo y el rojo, y la semana pasada ya firmamos para la próxima y última etapa de prescolar, la sala verde; si el año que viene te vas a despedir de una parte de tu infancia. El tiempo no cabalga, vuela, se escapa.
Te has hecho un gran compañero, te gusta comer y beber todo lo que yo elijo, me ayudas mucho en la cocina, cada día más, ya las tortas las hacés casi todas vos solito y respondés con creces a la confianza que te deposito, dándote tareas cada vez más difíciles.
Sos bastante tímido, tenés miedo de equivocarte y muchas veces recurrís al llanto sin sentido, pero bueno, son etapas, me interesa más que estés incorporando preocupaciones mucho más importantes pese a tu corta edad. Ya apartás juguetes para donar, te preocupa que tengan para comer los niños con dificultades, en basket más de una vez abandonaste el juego para asistir a algún compañerito que tuviese algún incidente, y todas esas cosas valen mucho más que cualquier lágrima sin sentido.
Poco tiempo atrás comenzaste a quedarte a dormir con tus abuelas por decisión tuya sin ningún tipo de problemas, y la verdad que las abuelas disfrutan un montón, mucho más ahora que han perdido a sus compañeros  de vida; también disfrutan cada noche de esos dos minutos cuando las llamás por teléfono para desearles que sueñen con los angelitos y que las querés mucho y me imagino que se acuestan arropadas por tu ternura.
Vas incorporando el concepto de familia unida, para este último cumpleaños tuyo, los cinco años, pediste como regalo que fuésemos a comer a Mc Donals en familia, dado que nunca lo habíamos hecho todos juntos (salvo circunstancialmente en algún viaje), ¿ves? esas cosas me llenan el alma y ruego por que nunca las pierdas.
También sos muy obediente, demasiado quizás, mi viejo decía que te faltaba rebeldía y puede que tuviese razón, espero que cuando la halles sepas encausarla para bien.
Tu aura es tan grande, que no podíamos tener mejor suerte con la elección de tu jardín, más allá de la institución que se muestra según lo que deseaba encontrar, el grupo de padres que hemos encontrado es genial y me voy a permitir creer que no es una simple cuestión de suerte, tu imán de cosas buenas seguro ha dicho presente una vez más.
Vas a inglés y a basket desde este año, a inglés una hora a la semana, te gusta, juegan con Caro y salen entre risas cuando los vamos a buscar, muchas veces contás mejor en inglés que en castellano y ahora se te ha dado por ver las películas extranjeras en inglés y nos preguntamos que podrás entender, pero como vos lo pedís, así salen las pelis mientras nosotros nos conformamos con el subtitulado. A basket vas dos veces a la semana, primero para acompañar a Tomy, un compañerito, pero luego se han sumado varios más y ya tienen para un quinteto integro del jardín, sos muy aplicado, cumplís las consignas a la perfección, pero esa actitud te quita por ahora la posibilidad de encestar más a menudo, aunque estimo que en algún momento vas a entender que algunas reglas hay que romperlas, al menos un poquito.
Hemos hecho afortunadamente varios viajes y siempre has sido la llave para las charlas con ignotas personas que pronto aprenden tu nombre y te llaman ofreciéndote en general algo, rara vez venís con las manos vacías, y espero que eso te dure toda la vida.
Todavía te cuestan los colores y los números, pero ya tendrás tu tiempo de aprenderlos correctamente, no me desespera, obvio que me gustaría que contases hasta cien, soy padre, pero no es lo que me desvela, aquellas cosas que espero de vos, con creces las obtengo.
Bueno hijo, estoy a punto de cumplir 45 años y la verdad que ya empieza a sonar a mucho; este será un cumpleaños especial, no tendré a mi viejo al lado y aunque te amo más que a mi vida, aun teniéndote al lado, dificilmente puedas hacerme olvidar semejante ausencia, todos los días le pido a la vida la sabiduría necesaria para que puedas ver en mí todo lo que yo he visto en mi viejo y que por eso hace tan dura su despedida