A mi siempre me ha gustado escribir, desde niño, no es algo prodigioso ni extraordinario, viaja en mi ADN por generaciones, he escrito de todo un poco, poesías, ensayos, cuentos, pequeñas novelas, canciones; todo aquello que podía ser escrito, lo he escrito. Mi papá siempre me alentó para ello, seguramente con el ojo complaciente de todo buen padre y no con un criterio evaluativo de mis condiciones literarias, pero en fin, me crié creyendo que podía escribir cosas buenas, y para mi interior, creo que algunas de las cosas que he escrito, sin llegar a ser descollantes, pueden bien ser vistas como por levemente arriba de la media natural de las personas, igual no son muchas mis obras de acotado orgullo, pero siempre algunas rescato de la oscuridad que yo mismo les autoimpongo, claro que algunas siempre han visto la luz, en especial como para engrosarme el ego, pero nunca han perseguido un objetivo de trascendencia. Así ha sido todo este tiempo, sin embargo, el año pasado, el 2010, era el cumpleaños de 70 de mi viejo y ese fué el real detonante para decidirme a publicar esta obra. Claro que no es tan sencillo así como suena. Decidirse y publicarlo; bien que no es así, tuvieron que suceder varios hechos fortuitos como para que me decida por ello. Hagamos historia.
En primer lugar, yo ya tenía escritos unos cuantos borradores a mano sobre una idea original que pretensiosamente la llamo "la espiral de la vida" una teoría que ha ido madurando en mi y que claramente está plasmada en mi libro, así que la idea de quizás publicar un libro para regalárselo a mi papá en su cumple tan especial, tenía unas pocas lineas de ventaja. Otro hecho que me simpleificó notoriamente las cosas, fué el apoyo incondicional al proyecto de mi señora, Noella es la otra autora del libro, la que me ha aguantado noches y mas noches de desvelos con la notebook prendida hasta altas horas, ha escuchado de mi boca el relato de cada capítulo y sus consecuentes marchas y contramarchas buscando la mejor versión, sin ella se me habría hecho muy dificil lograrlo, además, yo no estaba dispuesto a aceptar dinero de mis viejos, a pesar que mi papá siempre me había ofrecido el dinero para el día que me decidiese a publicar lo que fuera; pero por orgullo o por lo que sea, rechacé una por una las invitaciones a aceptar dineros que me facilitaran la impresion del libro. Pero fue el viaje a Brasil, a principios del verano pasado lo que sumó nuevas personas a esta historia. Como era mi primer viaje en auto, me subscribí a una página, http://enautoabrasil.blogspot.com/ lo que me hizo entrar en contacto con otra viajera, Carolina, con la cual intercambiamos una serie de informaciones para el viaje, fué natural que al tener los dos Facebook, nos contactáramos por esa vía, y allí fué a donde conocí a Laura Erpen; resultó ser que en los comentarios de Carolina había siempre una señora que sus comentarios tenían siempre un sello distintivo, nunca eran "la casa bonita" "mi mamá me mima", no, siempre en sus palabras volaba alguna mariposa. Con mucho atrevimiento le mandé un mensaje felicitándola por sus comentarios siempre tan bellos y ella aceptó mi invitación de amistad sin conocernos en lo más mínimo, para mi mayor agrado. Resultó ser que Laura era escritora y se conviertió en la oreja que escuchó mis ideas sobre el libro casi desde el primer momento, me apoyó, me guió, pero por sobre todas las cosas me hizo creer que yo era capaz de realizar semejante tarea, que después de todo mi obra bien podría ser una obra del agrado de un público desconocido, más allá del consabido destino de regalo a mi papá que tenía, así fué que me animé; gastando un dinerillo que me costó juntar, perdiendo noches de sueño y sabiendo que tenía por delante una fecha impostergable, el 17 de noviembre. El libro avanzaba a pasos gigantes, Noella me aguantaba y Laura me guiaba, se bien que me quedé corto, no he podido ni volcar la mitad de las cosas que tenía por decir, pero cuando agosto ya comenzaba con sus brotes en los árboles, decidí que era hora de darlo por finalizado para pasar al proceso de edición. La edición fué un parto, por algo las editoriales buenas te cobran lo que te cobran, no les voy a contar las penurias que solo yo se que tuve que pasar para obtener mi libro, pero creanme que si piensan editar uno, antes deberían llamarme para que les cuente cuanta angustia puede uno pasar por este tema, sin embargo, cuando las agujas ya me corrían, el 16 de noviembre a la noche tuve mis primeros 10 ejemplares de los 100 que había encargado y pagado. A quien lo quiera saber, luego les cuento que fue lo que paso ajeno a mi para que no tuviese los libros contratados, pero en fin, tenía los libros, y solo me separaban unas 10 horas del momento que había imaginado tanto tiempo atrás.
El miércoles 17, por la mañana, me fuí temprano a casa de mi viejo a llevarle mi más presiado presente, cuando mi viejo lo abrió y se dió cuenta de lo que era, el momento que siguió será algo que me voy a llevar para toda la vida guardado en mi memoria, el abrazo, las lágrimas, las palabras que no salieron y que sin embargo nos dijimos, fué algo tan esperado y tan bello que doy gracias a la vida por haberme permitido tener ese momento tan mágico y especial, atrás han quedado todos los pesares, y que ahora, a sabiendas del resultado, si tuviese que pasar otra vez por lo mismo, lo haría sin problemas y hasta doblaría las penurias, sabiendo del fruto por obtener.
Por eso es que este libro está ante Ustedes tratando de abrirse paso, es un libro, es una idea, es un regalo, son años, esfuerzos, risas y lágrimas, por eso quería que supiesen la historia que había detrás del libro. Ahora solo espero que pueda vender algunos ejemplares como para creerme un escritor consumado, me muero de las ganas de leer las críticas del libro que nunca serán tan serias como las mias propias. Sé que para ustedes será un libro, pero para mí y para mucha de la gente que involucró este tema, nunca podrá ser un libro más.
