jueves, 6 de octubre de 2011

MIS DIAS CON MANUEL - Día 2

Que noche más intrigante ha sido la de anoche, me imagino que te debe haber costado bastante habituarte a tu nuevo medio, mucho menos benigno, por cierto, pero aquí, confinados los tres en esta habitación cálidamente calefaccionada, no parecen haber muchos riesgos que te puedan afectar. A la mañana te han pinchado el talón para hacerte una prueba por tu tendencia a comer poco, y la verdad es que te has portado como un campeón, solo un protesto tibio que se diluyó enseguida ante el mimo presto de las enfermeras que te asistieron, por mi parte, lo mio no fue tan decoroso, con poco disimulo alguna lágrima se me escapó al ver que te pinchaban, quizás te parezca una pavada, pero algún día me vas a entender.
Por suerte hoy no ha venido tanta ente, y no digo por suerte desmereciendo la companía de los seres que uno quiere, lo digo porque hoy han traído a otra madre a ocupar la cama vacía de al lado y ella ha recibido un bullicioso malón de visitas que indefectiblemente, ante la falta de otro bebé, ya que el de ella está reponiéndose en otro lugar, se han volcado para mirarte y admirarte para nuestro regocijo; te aseguro que no ha salido de esa habitación persona que no supiese tu peso y medidas al nacer. Todos se quedan asombrados de tu tamaño y de tu rostro tan rozagante, esa expresión tan serena y tranquila que te delata más tiempo del que realmente tenés; por un lado es lindo que la gente se sorprenda, pero por otro, no quiero que crezcas tan a prisa, deseo fervientemente que todo transcurra lo más lento posible, quiero que me imaginación siga volando imaginándote que hay detrás de cada gesto, de cada llanto, pero el tiempo es tirano y me voy a tener que hacer a la idea de que has de crecer y crecer.

Tus mañas para tomar la teta aún nos tienen en vilo, tenés tu caracter, entre los dos hacemos un curso para que mantengas la cabecita en posición y te prendas al pezón a chupar, pero como buen vago, luego de un par de intentos cerrás lo ojitos y te dormís como si nada más importase en este mundo, encima no te gusta mucho que digamos la mamadera, así que por ahora te das por satisfecho con lo poco o mucho que obtengas de tu madre. De todos modos, ya para la noche el hambre te comenzó a hacer meya en tu ánimo apacible y teta y mamadera te han consolado hasta dejarte repleto de energías.
Te voy a contar un secreto, por estos lados no se ponen de acuerdo los que saben sobre si hay que darte cada un intervalo de tiempo determinado tu dosis de blanco alimento o bien hay que dejar que vos pidas cuando deseas que te alimenten, y luego de esta segunda noche en donde nuevamente no te ha gustado ni medio ápice que te despierten para algo tan banal como alimentarte, así que desde mañana vamos a optar por quedar a medio camino de las posturas más extremistas, vamos a tratar que sigas tomando la teta antes de nuestra cena y si te sigues despertando de madrugada por una nueva dosis, te dejaremos que te canses un poco llorando  luego si un abundante ración del oro blanco para que puedas dormir llenito y feliz.
Quiero contarte que tu madre ya anda caminado como si nada por todo el pasillo del piso, no se aguanta de las ganas de irse de aquí para volver a la tranquilidad de nuestra casa, tu nuevo hogar. Espero que te guste nuestra casita, voy a tener que ir pensando en algunas modificaciones para hacerla más amigable con tus ganas de aprender cosas nuevas, pero para eso ya habrá tiempo, por lo pronto Noe espera y desespera por el alta a ambos que le de la vía libre para volver a casa y dejar atrás a esa cama tan indócil de la habitación 407 que ha sido tu lugar en el mundo para tus primeros palotes de la vida. Si todo va bien como hasta ahora, mañana domingo, antes del mediodía nos estaremos yendo los tres juntos para empezar nuestra aventura. Nos vemos en la próxima