viernes, 30 de noviembre de 2012

MIS DÍAS CON MANUEL - Primer año

Y bueno, al fin llegó. Así como la fruta le sigue a la flor, tu primer cumple llegó luego de un año de verte crecer y crecer sin pausas. En general, lo primero, para aquellos acontecimientos de los que se espera una repetición, resulta ser especial, y para nosotros, tus padres, así lo fue. Fue nuestro debut como padres que organizaban una fiesta para su hijo y así, desde esa condición de primerizos, desde que volvimos de la isla, nos avocamos a la ímproba tarea de realizar el mejor de los cumpleaños. También, y no es un detalle menor, ese mismo domingo te bautizamos en una parroquia muy sencilla cerca de la casa de mis viejos, seguramente cuando leas esto ya habremos discutido sobre la fe y la religión y mi visión particular de estos items, así que aquí no voy a robar tiempo y espacio sobre lo que a mi atañe. Tus padrinos son nuestros cuñados, es decir, mi cuñado, tu tío, y la cuñada de mamá, tu tía. Creo que ha sido una buena elección, por mi parte, Marcelo, es casi la antítesis mía en la mayor parte de las cosas, pero sin embargo, nos llevamos muy bien y convivimos muy bien también con nuestras diferencias de pensamientos. Dudo que otra persona pudiese ocupar mejor ese lugar. Unos días antes de tu cumple, al fin te largaste a caminar solito. Por ahora solo das tumbos, pero estás tan decidido que nadie duda que en poco tiempo más estarás corriendo. Aun no sale ni usa sola palabra de tus labios siempre dispuestos a la risa, vas del llanto al grito para expresarte, y ya todos hemos aprendido a comprenderte, por ende se me hace que tus primeras frases tardarán en aparecer.

El día amaneció muy lindo, despejado. La iglesia estaba atestada de gente y entre ellos estaban los de siempre, esos rostros que se te van a hacer tan familiares mientras vayas quemando etapas, vinieron gentes de todos los lados, incluso familiares y amigos de Bahía Blanca. Vos estabas impecable con la ropa que te había elegido tu madre, sin embargo, vaya uno a saber porqué, ya antes de entrar a la parroquia estabas bastante incordioso, molesto. Por suerte la ceremonia no se extendió más allá de lo esperable, sin embargo, toda la liturgia del bautismo te fastidió y anduviste a los lloros limpios, en especial cuando el párroco se te acercaba a cumplir con los ritos ancestrales.



Luego vino la consabida sesión de fotos y anduviste de protestando de brazo en brazo, creo que en realidad extrañabas la teta de tu madre y era ese el reclamo, ya que una vez que salimos y pudiste tomar, cambiaste la actitud radicalmente. Luego ya si venía la parte de la fiesta y tuvimos que andar a las corridas con los últimos detalles, pero por suerte siempre hubo manos atentas que nos ayudaron, en cierta forma me acordé de nuestro casamiento, si bien esto era mucho más elaborado, por lejos, siempre estaba presente ese aire familiar de la gente que nos rodea, ya verás lo afortunado que somos de tener cerca a tantísima gente potable, ojalá le sepas dar el justo valor y apreciar lo importante que es esa circunstancia de la cual no todos se pueden preciar.



La fiesta en si misma estuvo muy divertida, elegimos ese lugar precisamente por la integración que hacen los animadores con la gente grande, lejos queda de ser una fiesta con los chicos a los gritos y los grandes atornillados a sus asientos. Todos participamos y nos divertimos, vos tambien, claro, aunque no estabas tan divertido como de costumbre, no faltó oportunidad para ir de mesa en mesa haciendo lío. También, y no es un dato menor, se comió a más no poder y por suerte, todo estaba exquisito, hasta las cosas que nosotros mismos habíamos preparado. Ya a esta altura debes saber que soy un cocinero en la casa, por ende no te extrañes porque fui yo quien te hizo las cuatro tortas, de las que quedaron poco y nada.



Bueno. se me hace tarde como siempre y como siempre es poco lo que he puesto y me siento en deuda, pero esto es así, todo se pasa rápido, el tiempo para escribir, tu primer año, todo. Quizás vos puedas encontrar la manera de que el tiempo corra más lento. Antes de despedirme, como estas lineas la van a leer otros que estuvieron en la fiesta, no quería irme sin agradecer a todos los que fueron, a los que nos saludaron a la distancia, los que pusieron su granito o su camión de arena, a todos