"Bueno, dentro de unas horas llega el día, el momento tan esperado, toda esta semana he perdido la tranquilidad y la paciencia que traía desde que supe que vos, Manuel, estabas allí, produciendo un pequeño milagro, desde ese tiempo nada ha sido igual en mi vida, sos un ser de luz, te nombro y la gente cambia su expresión, se vuelve amable, atenta; se generan solo buenos ambientes con tan solo nombrarte, y a mi me gusta tanto hacerlo, que mi vida se ha convertido en una idealización de lo que anhelo para mis días. Por raro que parezca, nunca tuve miedo, la gente me ha dicho decenas de cosas alentadoras, pero yo nunca tuve miedo, siempre me imaginé que serías algo extraordinario, y en cierta forma creo que si, que sos algo especial, el embarazo ha sido solo una grata experiencia, sin dolores ni nauseas, ni ningún otro achaque típico de de esa etapa, pero vos te has comportado como un rey y Noe, tu madre ha pasado de lo mejor sintiéndote dentro suyo, se hizo cotidiano tocar su panza para sentirte mover y eso ha sido algo increiblemente bello, pero bueno, ya me estoy haciendo largo, me están matando los nervios, como dije antes, esta última semana estoy hecho un manojo de nervios, no veo la hora de tenerte en mis brazos, tan solo me faltan algunas horas y me habré convertido en padre, mi vida será otra. No puedo dormir. me doy una y otra vuelta en la cama y el sueño no llega; la mayoría me dice que luego dormiré menos aún, pero tengo la esperanza que seas distinto y las noches sean tranquilas, pero si no lo son, no me hago ningún problema, te deseo tanto que nada me va a aplacar estas ganas inmensas de tenerte. En estos días un montón de gente, de amigos, se han acercado a despedirse de la panza y darte la bienvenida anticipada, mañana casi cuando despierte, seré un hombre nuevo, espero poder ser un buen padre y que el día de mañana vos puedas sentir por mi lo mismo que yo siento por mi viejo. Nos vemos mañana"
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